tengo un
dolor que no se va
aunque
tenga sueños, no me hacen volar
dormí la
siesta, dormí también la noche,
cuántas
estaciones pasaron desde entonces
pájaros
inquietos, dejaron de volar
y lluvias
furiosas me quieren despertar
el sol cada
tanto radiante crecerá
luces en
sombras brillan sin parar
Cuánto silencio,
falta de interés,
el ancla
en mi espalda me hace caer
mis ojos
hundidos, ya no quieren ver
se lleva
de mí, el dolor tiene fin