Monday, August 04, 2008

don Traductor

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El problema de la distancia. De la detención que genera, el aquí me quedo, no va más, cortes, rutas, fuego, ruedas al final del camino, ilusión, esperanza, aire, fuego, aire, mero aire, aire me-ro-

¿Por qué no? En todo esto piensa él. Innato, neo-nato, recién nacido, orfa-nato, y de nuevo, neonato, porque siempre vuelve y es cuestión de probar. ¿Me gusta el pistacho? Sí, me encanta. ¿Y el helado de? No llegué a tiempo como para, pero la próxima, ya sé qué pedir. No, No, ¡No! Es cuestión de soltar. De dejarse ir, relajarse, ¿es una satisfacción, un deseo, un orgasmo, una pequeña muerte, una erección? Ella está muerta, muere, la mato yo, la escribo y la mato, la veo y se muere porque queda en mis ojos y yo la recuerdo, le doy cuerda, me saco las cuerdas del estómago y se vuelven tubo, teléfono, canal, puente, estirado, erizado, retorcido porque hay arreglos, como en Luis María Campos y el 60, así como a la vuelta de la esquina surge el problema de la traducción… ¿no?

No voy a estar pensando en la peluquería, voy a dejar que el corte suceda, que la mano y la tijera vayan, que corten, que hagan lo que sea (aunque todos sabemos que no es así: la tijera corta el pelo, el pelo tiene el poder de ser cortado, de sufrir, de gustar, de encantar-de horrorizar-de caer-y-de volver arriba, con la aspiradora y el cielo, todos esos pelos escalan, buscan su camino al cielo, sus bombones y flores en aniversario porque es casi cursi, casi tierno y figurita de lo repetido, casi dije que voy a dejar de pensar en estos lugares)


Y ahora, ¿qué?
Claro, porque él está ahí, ¡lo veo! y titubea porque está por cruzar pero ve el tipito que le dice stop, detención, detengámonos Arsaces porque los autos pasan y rápido. Y así como el corte, la tijera, el poder, él también puede, quiere, deja, ama, corta ---
............El problema de la traducción. ¿Para qué meterse? No, no hay para qué, sólo hay qué, sólo está lo que hacés, lo que te gusta, lo que pulsiona y arranca las cuerdas, los pelos, las fundas, lo que seguís y te sigue, ¿soy yo el que te mira así? Los brazos, cada pedazo de piel que se elonga, se estira para alcanzar, para alcanzarse, para energía, desprenderse de los dedos el calor, no soy yo, ¡yo no soy yo!
.......................Y es como una pileta. O te tirás o te quedás con las ganas, y una vez adentro, el aire no es aire porque todo sirve, cualquier cosa basta para cerrar los ojos y dejarse seguir,

.................................me sigue el agua, a cada rato me sigue y yo intento darme vuelta pero está ahí, sigue ahí ¿a dónde me meto? ¿por dónde me escapo?

.............inútil, no? sigue ahí, No, y él se encuentra solo, lo sabe primero Y después, hasta que ve el cuchillo que le está por cortar el pelo, hasta que le llega ese momento de detención y se para, se baja, se calla, se respira y así, impersonalmente

.................................me alejo, yo me alejo y pataleo, fuerte y grande como perro, soy perro aunque igual está, serpiente, sale de mí, en mí, a tiritar bien dentro

.............y está de nuevo, pensando, elevándose, buscando debajo de la tierra y aún así, respira, se vuelve hiedra, raíz, escarba y es el problema de la traducción, it haunts him, doesn’t it?



¿Y cómo digo a la vuelta de la esquina? ¿Y el sol me mata? ¿Y la y? ¿No se puede en una sola letra decir?



No. Ante el No, él se hunde más, se tira el barro y quiere llegar al otro lado del mundo, todo en sobretierra, todo como túnel, serpiente, adentro mío casi la siento y yo sólo contaba, a mí sólo se me ocurrió, yo sólo pensé en mi pelo y me detuve, y el problema me vino a la cabeza. Se cayó y vino.

2 comments:

CRUCE said...

El problema llega a nuestras cabezas con el tiempo... Llega irremediablemente!!!

Saludos!!!

Ju said...

vivan don traductor y sus brazos, vivan la literatura y las morcillas!!!

que vivan!!!!