Monday, December 25, 2006

razón


es irracional





una parte de mí susurra
se vuelve
respirando se vuelve eufórica
pregunta pregunta pregunta y responde
todo
lo que encuentra adentro todo
revuelve




                                               amordazada






habiendo tantas otras
partes de mí son tantas
las que quieren jugar muriendo
muriéndose por
abcdefghijklmnopqrst

tener lo que hace falta
tener
para fragmentar



                                           (te miro y dormís. suspirás. corrés el pelo y de nuevo)

fuga
altiplanos de color y

                   fuga




otra parte de mí envuelve
(para regalo para que lleves para que abras)                                
ésta que dice tantas incoherencias y traga


traga incoherencias y quiere
ser tragada por otra
la cuerda y el límite atormentados
trazan su tiza rompen el juego
quiebran el instante para hacerme ver

date cuenta

que yo

date cuenta


que mí

date cuenta


                            se vuelve







irracional                                            


Friday, December 15, 2006

Marina y Otero

(La próxima vez, no me digas nada)

Marina destrozaba. Sin darse cuenta -y a veces del otro lado- hurgaba en cada frasquito de sí misma hasta ver los recovecos más sucios, ésos que no pueden limpiarse jamás y que denotan efervescencia de carne, tanto quemarse que dolía (todavía no volví a la psicóloga) hacía que ella se diera cuenta de cuánto podía llegar a llorar; sin derramar un sólo pedazo de vidrio, se le caían los frascos.

(Yo voy a tirar todo porque quiero. No porque deba, no porque seah asíh y menos queh menos porqueh éhl no sepah nada. Yoh séh tantoh queh tiroh. Desgarroh y rompoh sóloh parah… para quedarme con algo)

Algo, eso, todo lo que Marina quiere es no sentir. Inmovilizar sus dedos para que no alcancen las puntas del pasto recién cortado. Olvidarse de toda la sacarina compartida con él, (como fuego que se vuelve), cristales amontonados en su mano, ¿punzantes y fríos? Marina quiere dejar de sentir. Quiere tirarse sin dar tantas explicaciones mientras su laboratorio se revela. Que él entre al baño, prenda la luz y grite porque yo grito sin que veas que me ves, acristalada y derramándome en la bañadera no respiro, quiero no respirar como cuando mordía el almohadón y ella me decía que no, que no ahogue lo que trata de. De-de-decir que duele, que a mí también me cuesta mirar las rutas, las autopistas pensando en los autos que las acarician, día a día seducen el pavimento hasta crear un horizonte, un allámirápapáqueparece incendiarse todo como yo, como la cera de la vela que entra en la yema y se enfría cuando quiere, ¡racatapám! desaparece como yo, como sólo yo puedo porque soy frascos, puros aceites vegetales esparcidos en cielos que humedecen las palmas, el otro lado que se rebana riendo, si fuera a la psicóloga o si mordiera el almohadón, si Otero sabe que la foto se revela mal entrando al baño. Él mismo quiere oscurecer, aclarar el perfil de su amiga y darle su cuerpo para que ella muerda. Si sofocara su pelo en él todo se caería tanto, derrumbándose a más no poder a veces parece ser la única solución para después construir. Como llorar y que te vean, Marina siempre quiso eso pensando que sería masoquista (como nadar y que te ahoguen deapoco) pero que era ella. Fulminar como las plumas que Otero atrapa con las palabras, ella quisiera encerrarse y no comer, tirarse el pelo hasta chocar con la pared. De la misma manera, de la misma que cuando yo me golpeo muchas veces en un mismo lugar, nunca te dije pero, deja de doler. Es como si me acostumbrara el golpe, al impacto que me causa la puerta del ropero en el puño, como la sangre que cae, que yo veo así pero noesasí porque no vive. No se despierta ni me saca a mí el sueño, no sirve porque el dolor desaparece -a veces de tanto golpearme en un mismo lugar, uno… uno pierde lo que es y se acostumbra al dolor. A sufrir y a que te peguen, a ahogarte en los almohadones de las casas, dejarlos todos baboseados con el aire de la propia tela, de la pintura que llora de mí todos los días como todos los pasillos de las aulas, lloro, porque cargo el atril en la calle o por los colectivos, se me va clavando el atril más y más en las uñas, en el ropero y en el puño, tanta sangre que se vuelve nada, hasta no sentir me golpeo y me acostumbro, hasta no, hasta no, hasta no ver que Todo se vuelve acumulación y ella no quiere más poesía que la que le ofrecen. Que la que le sacan día a día, ésa que Otero le revela en el laboratorio mientras en el baño ella se inunda como jugando. Espera que rebalse la bañadera, de una buena vez que se moje la alfombra y humedezca las migas hasta hacerlas desaparecer.
Será que Marina ya no quiere sentir. De tanto quemarse pasa sus manos por su pelo y ve que no siente. Dolor.

Monday, December 11, 2006

337

Fui aterrizando de a poco porque no me quedaba otra.
Cuando llegué me empecé a acordar, esas cosas que distraídas andaban por mis manos; como las uñas cortadas, los vestigios de la piel mordida cuando se reacomoda a la falta de… Constante transformación.
Él se violaba a la misma música. Empezaba tocando la flauta como lo más dulce, sabía que cada sonido sacado, sacado sacado sacado, era total y absoluta (mente) forzado. El sostenido, el bemol, jugaba con las corcheas como se le cantaba, respirando hondo pasaba de tono sin avisar, comme ci comme ça. Yo intentaba distraerlo -siempre- y más fuerte que yo, con el viejo siempre era más fuerte que yo, pensaba volver, siguiendo única, cada deshacer enfermo, fuerte, comunicaba, entrelazaba, desintegraba el impermeable que siempre me ponía antes de llover, antes de salir, antes de comer siquiera al verlo a él, viejo más fuerte que yo, flauta más fuerte que yo, bemol, sostenido, comme ci comme ça parece que todo junto es más fuerte que Yo, ¿era acumulando que…?
Sin siquiera mirarnos, otra vez, cambiaba el tono y nos sofocábamos. Otra vez.

Monday, December 04, 2006

encías


Me dolía pensar que ni te dabas cuenta. Te tocabas el pelo o mirabas al costado suspirando –¿como entre qué recoveco esperabas tocar, eso que está al fondo y que como blanco te deglute?-, conocía ya cada tiempo tuyo y vos… parecías no darte cuenta. A veces eso es lo más lindo de la belleza, que pasa desapercibida. De esa trastocada que se sube al tren y parece llorar, mirando por la ventana escapa a los rieles y el sol aterriza más fuerte, quemando y ácidamente cortando el pedazo de brazo que yo dejo en la mesa para que vos hermosees, para que con un lápiz o piedrita me vayas dibujando otra cosa, brazo, brazo, que pueda salir de mí. Se escapa otro poco más, un poco de lo que quiero que vos me corras, a ver cuánto tiempo podemos estar acá, lastimándonos de costado al lado de algún tonto pequeño, pequeño pequeño brazo, así raspado, raspando la piedra y al mismo lápiz que se hunde, se mete.
Entre mí y mis venas estabas vos. Sin saberlo, sin mirar. Te escondías de vuelta jugando, otra vez, y yo, empezaba a contar.

Sunday, December 03, 2006

RW

porque me fui pero quizá no vuelvo
y está todo bien y a quién le importa


borrar la línea de la tiza